A continuación les dejamos una pequeña entrevista que Yolanda Chapa respondió cuando se integró al grupo de autores de Silma. Esperamos que les permita conocer un poco más sobre la autora y sus libros.
¿Cómo ideaste el libro Generaciones Demoniacas?
Siempre me ha fascinado la idea de vencer lo más oscuro y violento con sentimientos puros y cálidos. Hace muchos años, tenía una imagen continua en la cabeza: una mujer despertando en la oscuridad, traída a ese sitio para ser usada como una especie de experimento. No sabía cuál era, quién era o quién la había traído, pero esa imagen no se iba. Más o menos por esa época, pensé que debía tener una historia donde el villano debía ser muy poderoso, casi invencible, pero que por dentro se sintiera incompleto, y tratar de completarse sería su perdición porque la respuesta se hallaría en lo único que no puede tener: un sentimiento puro que se alimenta de sí mismo. Decidí unirlo con esta imagen que tenía la cabeza y descubrí que era perfecto para empezar a profundizar y crear una novela como Dios manda.
¿Qué método de escritura sigues?
Amm…. Buena pregunta. No tengo una en concreto. Es decir, no me digo “Primero haré esto, y luego agregaré drama, etc.”. Lo que hago es tener primero toda la idea en mi cabeza y luego ya la plasmo al papel. El único problema con esto es que tengo que tener la idea siempre presente, porque de lo contrario la olvido y ya no tengo historia. Otra cosa es que me gusta tener todo de forma cronológica: si tengo el principio y el final pero no la parte de en medio, podré escribir el principio, pero nada más. No puedo avanzar en escrito hasta no tener las partes faltantes, porque siento que de lo contrario podría equivocarme con la continuidad de la historia.
¿Cómo le haces para ponerle nombres a los personajes?
Siempre busco que tengan nombres con algún significado o tengan algún sentido fonético. En el caso de los nombres de las novelas de Lani, algunos tienen un significado muy especial, como el de la misma Lani, que significa “celestial”; otros siguen lo del sentido fonético, como “Diómedes”, que me suena a un nombre poderoso pero a la vez suave, elegante. En el caso de Generaciones, me pasó algo gracioso: tuve durante mucho tiempo esta imagen en mi cabeza donde una mujer despertaba en un sitio oscuro y luego un hombre se le aparecía y le decía qué era lo que quería. Un día, no me pude resistir y empecé a dibujar la escena, luego la escribí en inglés y en cursiva en un inocente intento de que nadie comprendiera qué había escrito. Como la mujer no tenía nombre, ponía “She woke up…” o “She looked in terror…”. Al momento de traducirla, me di cuenta de que la palabra “ella” me encantaba para transformarla en el nombre de “Ella”, y que así se llamaría mi personaje. El resto de los nombres fue un poco más complicado, porque quería nombres neutros pero en español para situar mi historia en Latinoamérica, pero se oían raros al lado del de Ella, así que tuve que irme un poco por nombres de apariencia extranjera pero igual de neutros. En parte eso me salvó después, porque Dominic, como menciona Ella después, suena como el latín dominus, que se relaciona con la palabra “señor”, hablando de Dios, lo cual terminaba siendo irónico.
¿Qué opinas del panorama literario en el país?
Uff… Opino que le falta, pero vamos progresando. Creo que una de las soluciones clave es no imponer a las personas libros considerados clásicos y esperar a que los aprecien por lo que son. Para que a la gente le guste leer debe empezar con cosas que le gusten y no muy complejas para que vayan adquiriendo el sabor de la literatura y se vayan enamorando de las palabras. Después, al momento de leer obras clásicas, será mayor su gusto y entendimiento.
¿Te fue difícil publicar tus obras?
Por suerte, no, pero eso no significa que no tuve que esforzarme. Publicar un libro es difícil y yo tuve la suerte de tener a la mano las oportunidades adecuadas, pero también el autor debe esforzarse porque la obra llegue a donde tiene que llegar, que se le publicite, que haga presentaciones, que otros lo conozcan. De lo contrario, por más libros que saque uno, nadie podrá leerlos.
¿Cuándo escribes?
Antes, todos los días antes y después de comer. Ahora… cada que puedo.
¿Para cuándo la siguiente obra?
Espero que pronto.
¿Algún consejo para los aspirantes a escritores?
Sí: hay que esforzarse siempre por lograr lo que uno quiere. Suena trillado, pero es difícil de hacer. También hay que ser humilde y aceptar todo tipo de crítica con serenidad, sobre todo de personas que no te conocen. Habrá que no piense las cosas y hable mal de tu obra sólo por hablar mal, pero hay que aprender a filtrar esos comentarios y escuchar los que, aunque duelan, tienen algo de razón, y tomarlos a consideración para ser mejor escritores y mejores personas.
¿Qué es lo que te gusta leer?
Un poco de todo, pero sobre todo de fantasía y novelas históricas.
¿Qué fue lo último que leíste, a la fecha en que se te hizo esta entrevista??
La princesita.
¿De dónde salen las ideas de tus libros?
¡De muchos sitios!: mi cabeza, lo que veo, lo que sueño, lo que me imagino debido a alguna situación… Lo importante es no dejar de ejercitar la mente para que las ideas trabajen y cooperen.
¿En donde escribes?
De preferencia, en mi cuarto, en mi computadora personal.
¿Tienes algún ritual para escribir?
Cuando por fin me siento a hacerlo, me gusta leer un poco de lo que escribí antes para meterme en la historia, y luego escribo sin parar. Cuando el hambre, el sueño, una persona o la falta de ideas me interrumpe, leo lo que escribí y me doy por satisfecha de lo que he avanzado.
¿Cuál es el libro que mas has leído?
Curiosamente, creo que Crimen y Castigo. Y digo curioso porque es muy largo, pero es uno de mis favoritos.
¿Qué haces con el bloqueo de escritor?
Discuto con él y luego lo pateo lejos de mi vista… y luego nos reconciliamos llorando y tomamos té negro con galletitas.
Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?¿Cuál?
Bailo flamenco desde los trece.
¿Cuál es tu comida o alimento favorito?
De postre, todo lo que tenga oreos o que se llame cookies n’ cream. También me gustan los postres de queso y limón, pero el oreo se lleva la delantera. De comida nutritiva… Buena pregunta XD.