Durante todo el año, Emy se dedica a hacer bromas a todos sus compañeros. No es que su talento para buscar algo que hacer para meter en aprietos a los demás se haya terminado, es solo que quiere algo de ideas nuevas y refrescantes para el mes en cuestión. La única persona que se le ocurre ir a consultar en este momento es al Señor.
Así pues, durante una discusión acalorada sobre pros y contras de distintas travesuras, se llegó a una conclusión: llenar los espacios comunes con las cosas del villancico doce días de navidad. El único pendiente era si iban a ser las cosas de la versión original o las de la versión en español. Y aunque a Emy le atraía la idea de tener un montón de señores bailarines y aves por todos lados, iba a ser un poco complicado conseguir que los bailarines bailaran todo el tiempo. Así que tendría que ser en español.
Emy estaba desbordada de emoción al pensar donde poner el montón de cosas que decía la canción, sin embargo el Señor le comentó que sería más emocionante para ella no hacerlo en orden e ir sacando de manera aleatoria los distintos temas. Así pues los hecharon todos en una pequeña pecera de cristal de la cual el hada sacaría un papel diario.
El segundo día de diciembre, para hacer su primera puesta en escena, le salió el papelito que decía dos claveles…
